Jordi Closa

Euphonium.

Hoy ya vuelvo a tocar con la Unió Musical del Bages y tengo mejor técnica que cuando me empezó todo.

Algún día de abril de 2010, estamos ensayando en el local de la Unió Musical del Bages. Preparamos una obra en la que hay pasajes en que el euphonium se queda solo tocando. Son pasajes fáciles; no me suponen ninguna dificultad técnica. Pero, poco a poco, me voy dando cuenta de que fallo algunas notas y que el sonido, en las notas largas, me tiembla. La semana siguiente estudio el pasaje problemático en casa y es entonces cuando me doy realmente cuenta de que tengo problemas para controlar el sonido. Estudio más que nunca pero los problemas, lejos de solucionarse, se han incrementado. En el ensayo siguiente tengo que dejarlo porque soy incapaz de emitir un sonido controlado. En cuestión de 3 semanas he pasado de tocar normal a no tocar prácticamente nada. Me encuentro en una situación desconcertante. Lo comento con compañeros, con otros músicos y con algunos profesores de música, pero no son capaces de decirme qué me está pasando.

Busco información y, después de mucho buscar, descubro que podría tratarse de una distonía y que hay un centro en Terrassa, el Institut de Fisiologia i Medicina de l'Art, que la tratan. Me pongo en contacto con ellos en junio y en septiembre siguiente empiezo el tratamiento. Lo primero que descubro es que esta disfunción afecta a muchos músicos y que intervienen muchos factores, sobre todo mentales y psicológicos. Al principio, en mi caso, el tratamiento es desmoralizante pues pasa mucho tiempo antes de que comienzo a ver resultados de mejora.

No me acabo de creer que pueda llegar a solucionar el problema.
Pero llega un día en que empiezas a notar mejoras evidentes. En cada una de las sesiones de control encuentro algo nuevo.

Al cabo de aproximadamente dos años, un buen día encuentras que ya haces cosas impensables y que en todo este tiempo ha ido acumulando mejoras que, desde dentro, cuestan de ver. Llega un momento en que, sin saber por qué, ya casi tocas como antes. A partir de ahí mi progresión es muy rápida. En cuestión de un mes ya me veo en condiciones de volver a tocar.

Hoy ya vuelvo a tocar con la Unió Musical del Bages y tengo mejor técnica que cuando me empezó todo. He ganado en confianza y seguridad en mí mismo y eso hace que, día tras día, con estudio y esfuerzo, mejore mi nivel sustancialmente. Estoy muy agradecido a Silvia Fàbregas, del Institut de l'Art, por haberme ayudado a resolver mi problema, sobre todo en momentos en los que no creía que lo pudiera solucionar.